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viernes, 2 de noviembre de 2012

Un año sin Eutimio

Abuelo,  ya va a hacer un año que no hemos podido sentirte, quererte, tocarte, saber que estas ahí. Me acuerdo como si fuese ayer de cómo me enteré de que ibas a faltar en cuerpo, que no iba  a poder besarte ni abrazarte nunca más. Estábamos terminando de comer cuando llamo la tía Agus diciendo a mi madre que no iba a poder salir de allí. No oí la  conversación, pero sí supe que algo pasaba, que algo no iba bien, por la cara de mi madre lo adiviné. Nos derrumbamos todos al momento, pero aunque sabíamos la realidad, no nos lo creíamos. Es como en un examen: te sabes la teoría, pero no la práctica. Mi madre fué en busca de un hombro amigo en el que poder desahogarse, aunque el desahogo no sirvió. Te habías ido en  cierto modo de nuestras vidas y eso era irremediable. 
El día de tu entierro, en un pueblo pequeño como Villapún, se llenó la iglesia de gente que había ido a despedirse de ti para poder sentir tu cuerpo frío cerca. Aunque siempre habrá algo que sentiré cerca de mi: tu corazón, tu alma, tu manera de ser, tus caricias, tus risas, tu apoyo. Todo lo tuyo que dejó un vacío que se llena cada vez que hago algo que sé que te gustaría hacer. Y me siento feliz por parecerme a ti. Por saber que algún día seré como tú.
Y la pregunta más difícil: ¿por qué fue el día 2? ¿Por qué primero te tuve y después no? ¿Por qué tu cumpleaños es el 20 y el cero no significa nada? No podemos averiguar ninguna de estas repuestas ya  que no es nada que un teoría pueda explicar. Sólo sé que seguiré esperando y esperando verte una última vez, aunque no llegue a tocarte. Cualquier cosa que provenga de ti me alegrará el día.
Un sentimiento de felicidad me llena al saber que ésto que estoy haciendo te gustaría hacerlo a ti. Una imagen borrosa tuya que parece que me saluda. Una risa tuya que se oye a lo lejos. Un sueño en el que sales conmigo haciendo cosas que solíamos hacer. Con cualquiera de esas cosas o aún menos me conformo. Sólo con saber que me sigues queriendo y que te siento cerca de mí, que me apoyas en cada decisión, que descubro cosas nuevas y misteriosas de ti que nunca supe o no tuviste la oportunidad de contarme, que sé que ésto que estoy haciendo estarías orgulloso de mi, todo eso me hará sonreir, me hará feliz, me hará sentirme que aún sigues conmigo y que nunca dejaste de hacerlo. 
Para qué decirte que te quiero si nunca dejé de hacerlo. Y tú sabes lo que cada uno de nosotros sentimos hacia ti, y todo eso se resume en: amor, cariño, felicidad, alegría, júbilo, paz, armonía, confianza, ganas de tenerte… Y muchas cosas más que todavía no han inventado una palabra para describir lo que cada uno de nosotros sentimos hacia a ti. Sentimientos diferentes, pero que todos tienen algo en común: van dedicados a ti y son sentimientos positivos. Siempre estarás en mi alma al igual que en el de muchas otras personas.
Tu nieta más peque, ELISA.

2 comentarios:

Rober dijo...

Dijo el gran Delibes que a un pueblo no lo hacían sus calles, ni su plaza ni los edificios, sino sus hombres y su historia. Y en este sentido en Villapún se nota mucho la ausencia de uno de sus vecinos, pero también ha dejado huella, huella que ha calado hondo y que engrandece a este pequeño pueblo.

Alvarez Montes dijo...

Gracias Rober por recordar a mi PADRE,con tanto cariño.