José Cantero nos informa que recientemente se ha procedido al acondicionamiento de las pistas y cunetas de la zona de la Varga y las que van hacia Oncastellana y la Vega. Como puede apreciarse en las fotografías que nos envía se ha arrasado con toda muestra de vegetación en los bordes y cunetas, demostrando una vez más la nula educación ambiental de los responsables de esta actuación. No se trata de que no se arreglen los caminos y cunetas, pero resulta un despropósito el cargarse prácticamente todos los árboles y arbustos y profundizar las cunetas. En países con una cultura ambiental mayor que la del nuestro ésto se consideraría un atentado ecológico puesto que estos "setos vivos" están especialmente protegidos y se fomenta su conservación y recuperación ya que actúan como cortavientos, previenen los procesos erosivos y son una gran fuente de biodiversidad, beneficiando su presencia a los propios cultivos. La simplificación del medio agrario favorece la propagación de ciertas plagas, al alterar las redes tróficas y desaparecer los competidores y depredadores naturales que las mantenían a raya. Lo de los topillos, por poner un ejemplo, no es una casualidad ni fruto de las ambiciones repobladoras de águilas por parte de "los del ICONA" como piensan erróneamente algunos. Que nadie se queje luego de lo que cuestan los pesticidas o de la baja calidad de los alimentos que comemos por la presencia de contaminantes en los mismos. Por otra parte, la profundización de las cunetas tiene como consecuencia el descenso del nivel freático en los cultivos aledaños lo que dificulta la irrigación de los mismos. Y por último el empobrecimiento paisajístico resulta tan evidente que por si sólo sería suficiente razón para detener actuaciones como la realizada.
En una época de crisis como la que vivimos no nos podemos permitir el lujo de cargarnos el único activo que podemos legarle a las generaciones futuras, que en zonas rurales como ésta no es otro que el privilegiado entorno natural que recibimos de nuestros mayores.